Ser taxista en Sevilla
Callejero, monumentos, parques, hoteles, edificios públicos... e inglés. El examen de acceso al permiso de taxista, que se celebró ayer, eleva su listón. El auge turístico lo demanda
Lo que hay que saber para ser taxista en Sevilla
Los aspirantes al permiso de taxi, ayer durante el examen
La historia del taxi es muchas veces la de las segundas oportunidades. Un tren que pasa cuando se escaparon otros. La licencia del padre que se jubila, una alternativa laboral como asalariado, una opción abierta a medio y largo plazo...
Buena parte del medio centenar largo de aspirantes al certificado para conducir un taxi en Sevilla, que ayer realizaba el examen para dicho permiso, busca en el piloto verde esa segunda oportunidad. O la tercera. Para la que se tuvieron que preparar con «todo lo que se pueda saber de Sevilla», como señalaba uno de ellos, puesto que no hay un temario concreto. Pero conocer, hay que conocer mucho de la capital andaluza.
Como base, el aspirante debe dominar el callejero, en especial «la situación de las oficinas públicas, hospitales, lugares de interés turístico y monumental, locales de esparcimiento público, y demás centros oficiales o edificios públicos, principales hoteles, estaciones ferroviarias o de autobuses y el aeropuerto», como se señala desde el Instituto del Taxi.
Pero además «hay que tener un conocimiento suficiente de la ciudad, de sus alrededores y de las carreteras de la provincia y también de la comunidad autónoma», exponía Baldomero Márquez, uno de los examinados ayer. «Pueden preguntarte, en realidad, por cualquier cosa que se les ocurra que tenga que ver con Sevilla, porque lo de tener un conocimiento suficiente es un concepto bastante amplio y ambiguo».
Además de los pormenores de la capital hispalense, los convocados deben llevar aprendida la ordenanza municipal de transporte público, las normas andaluzas para este ámbito y las disposiciones especiales para discapacitados, amén de las tarifas y el calendario de descansos para completar la prueba tipo test, con respuestas alternativas y siendo solo una de ellas correcta.
Pero se ha añadido como novedad la posibilidad de incluir una prueba de inglés básico entre las preguntas, que algunos aspirantes contemplan con resignación y otros, como Javier Bautista, aceptan de buen grado. «Es lógico que en una ciudad como Sevilla, a la que vienen tantos turistas, los taxistas sepan algo de inglés, aunque sea lo más simple para poder comunicarse con quien nos visita. Me parece bien que se incluya desde ahora, eso hará que el sector sea mucho mejor».
Apuntaba uno de los más veteranos outsiders que «los cambios en los nombres de las calles, que cada vez están más de moda entre los ayuntamientos, ayudan poco, la verdad. Pero lo malo no es el examen de hoy sino el examen que luego te pone el banco para prestarte el dineral que hace falta para poner un taxi en la calle. Esto es lo de menos...».